#CORPOURABA se preparan para orientar y trabajar conjuntamente con las Secretarías de Agricultura y los Cuerpos de Bomberos en la atención de casos sobre la presencia de enjambres de abejas y avispas reportados por la comunidad en las áreas urbanas de los municipios de Urabá.
Por eso, con la asesoría y acompañamiento de Diego Campuzano, quien se desempeña como apicultor hace 16 años en el municipio de Necoclí, se busca fortalecer el personal de municipios, Cuerpos de Bomberos y CORPOURABA para evaluar las situaciones de alertas reportadas por la comunidad y determinar el procedimiento más apropiado, que puede ser rescate y traslado a un apiario, ahuyentamiento, o eliminación, lo que implicará la adquisición del equipamiento requerido para cada situación. El proceso de capacitación se realizará en articulación con otras instituciones y empresas de la región.
Para Ana Lucía Velez, coordinadora de Flora, Fauna y Suelo de CORPOURABA, lo importante es entender el fenómeno, “comprender cómo se mueven estas poblaciones, cuál es el uso que les podemos dar, cuál es la importancia en las zonas rurales y darle el mejor tratamiento de manera interinstitucional”. Agrega que será necesario contar con asesoría especializada, porque “nos interesa mejorar el control y ofrecerle herramientas a las Secretarías de Agriculturas y Cuerpos de Bomberos de tal forma que no se representen riesgos para los técnicos que acudan al llamado de la ciudadanía, ni para la población que solicita el apoyo”.
Igualmente, se establecerán estrategias que motiven a las familias en el área rural asociadas a los programas de Banco2 y conservación de ecosistemas para que puedan manejar este tipo de cultivos. “Es conocido que un apicultor requiere de un ecosistema bien conservado para que pueda aumentar la productividad. Quien tiene apicultura sabe que tiene que tener rastrojos y bosques y entre más crezcan mejor, porque aumentan las flores y por tanto más posibilidades de variedad en la producción de miel”, afirma Ana Lucía Velez.
Diego Campuzano recuerda que el enjambramiento es un proceso cíclico y natural. “En los veranos hay flujo de néctar por lo tanto las colmenas recogen mucho y se saturan. Entonces la reina toma la decisión de dividir la colmena y una parte de ella emigra para otro lugar, lo que se denomina enjambramiento, y así queda la colmena madre menos estrecha”.
Durante el proceso de enjambramiento, las abejas no son agresivas, siempre y cuando no las molesten, no se les tiren objetos o se mueva el espacio donde se encuentran. Por eso Campuzano recomienda a la comunidad no alarmarse, ponerles olores fuertes en áreas cercanas como pequeñas cantidades de ACPM o alcanfor para ahuyentarlas ya que ellas no hacen nada, sino les hacemos nada.
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